En 1978 inició la ola de aperturas políticas que se expandió por América Latina durante los años ochenta. Fue una transición poco notada en el contexto latinoamericano, porque a diferencia de las otras transiciones democráticas de América Latina, la dominicana se produjo desde un gobierno civil autoritario, no militar (el de los 12 años de Joaquín Balaguer, 1966- 1978). A pesar de la escasa atención que recibió la transición dominicana de 1978, vale la pena resaltar en el contexto de precariedad democrática que caracteriza en la actualidad muchos países de la region, que la República Domincana registra la democracia más antigua de la última ola de aperturas. A pesar de sus significativas limitaciones, la democracia dominicana se ha mantenido por 25 años, aunque en la actualidad, al igual que otras democracias latinoamericanas, enfrenta riesgos de desgaste y crisis sintética.